Mientras el cómic norteamericano está viviendo una nueva etapa dorada, al menos en cuanto a ventas, gracias a la popularidad que las películas de superhéroes están consiguiendo en estos últimos tiempos, el tebeo español sigue conformándose con ser la válvula de escape para el humor de muchos. Nuestras historietas no tienen nada que envidiar a las americanas, y prueba de ello es comprobar como muchos dibujantes españoles acaban trabajando para Marvel o DC. Sin embargo, el género patrio por excelencia, el de nuestro tebeo de toda la vida, parece haber quedado relegado a un plano muy secundario, cuando en realidad sus personajes todavía tienen muchas aventuras que correr para hacernos disfrutar.
Si hay un dibujante que ha conseguido convertirse en auténtica leyenda por sus personajes y sus historias, ese ha sido Francisco Ibañez, viñetista español que a mediados del siglo pasado presentó en sociedad a Mortadelo y Filemón, seguramente la pareja de detectives/agentes más desastrosa de la historia. El cómic, que nació hace más de sesenta años como una parodia a las típicas novelas detectivescas y de espías, se ha convertido en toda una semblanza de nuestro humor, adaptándose a los tiempos y consiguiendo estar al día en todos los temas de actualidad, como si de una historia de España alternativa se tratara. Mortadelo y Filemón son parte de nuestra cultura y todavía podemos seguir disfrutando de ellos tanto en las viñetas como en otros medios, incluyendo el cine de animación.
Una idea de Francisco Ibáñez
Nacido en Barcelona en 1936, Francisco Ibañez comenzó a muy pronto a dibujar, entendiendo que era su verdadera vocación. Así llegó hasta la editorial Brugera, una de las más importantes del momento a la hora de publicar revistas y tebeos. Ibáñez, con tan solo 22 años, publicó la primera edición de Mortadelo y Filemón a través de la revista Pulgarcito. La idea le había sobrevenido como una parodia a las historias detectivescas de Sherlock Holmes y Watson, influido seguramente por el humor de Eduardo Jardiel Poncela. Los personajes, dos desastrosos agentes que buscan casos complicados y viven aventuras por su patosa forma de llevar a cabo su trabajo, se convirtieron pronto en auténticas estrellas, y permitieron a Ibañez dedicarse profesionalmente al dibujo desde aquel entonces.
De qué trataban las historias de Mortadelo y Filemón
En un inicio, Mortadelo y Filemón eran una pareja de detectives privados que eran contratados para solventar los casos más singulares. Filemón, bajito y con poco cabello, era el jefe y el cerebro del equipo. Su compañero Mortadelo, alto completamente calvo, era su sidekick y derrochaba un sentido del humor bastante peculiar, mezclado con su gran habilidad para disfrazarse y su nulo concepto del sentido común. A partir de los 70, Ibáñez decidió darle un giro a sus historias para convertir a Mortadelo y Filemón en agentes secretos dentro de la T.I.A., una agencia gubernamental secreta que les mandaba siempre a cubrir los casos más complicados. Desde entonces, los protagonistas han vivido aventuras adaptándose a los tiempos y a lo que estaba ocurriendo en el país, desde el Mundial del 82 a la crisis económica de 2008.
Los personajes del tebeo
Los protagonistas absolutos de las historias de Ibáñez son Mortadelo y Filemón, estos dos agentes secretos que forman una pareja verdaderamente peculiar, pero efectiva, sobre todo a la hora de hacernos reír. Ambos son los ejes de acción de todas las historias, pero por supuesto, también hay personajes secundarios, como Ofelia, la gruesa recepcionista de la T.I.A., o el Superintendente, jefe de ambos y de toda la agencia, que siempre está de mal humor. También es muy importante el personaje del Profesor Bacterio, un químico que proporciona inventos inverosímiles a los agentes para que puedan llevar a cabo sus misiones con la mayor eficacia posible… que en el caso de los protagonistas es nula. Incluso otros personajes de Ibáñez, como Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio, también han pasado por las viñetas de las aventuras de Mortadelo y Filemón.
Una de las obras españolas más icónicas
Mientras el tebeo francés y belga conseguía un reconocimiento absoluto en todo el mundo por obras como Tintín, es cierto que el tebeo español se ha quedado un poco atrás, aunque en lo que a revistas humorísticas se refiere, sin lugar a duda nuestro país puede presumir de tener una importancia capital. Mortadelo y Filemón es seguramente la cabecera más popular y reconocida, pero también están otras obras como El Botones Sacarino, Zipi y Zape o Anacleto, Agente Secreto. En cuanto a tebeos más serios, las aventuras del Capitán Trueno seguramente sean también una de las referencias más importantes en cuanto a la aportación de nuestro país al tebeo y al cómic internacional.
Otras obras icónicas de Francisco Ibáñez
El autor de Mortadelo y Filemón fue un prolífico creador de historietas que, siempre con un tono de humor e ironía, representaban la realidad de alguna parte de la sociedad. Con El Botones Sacarino, creada en los años 60, Ibáñez se basó en su propia experiencia como botones durante su adolescencia para crear un personaje sufridor y divertido. No podemos dejar atrás otra saga mítica como Pepe Gotera y Otilia, chapuzas a domicilio, que también obtuvo gran éxito en su momento y salió, igualmente, de la pluma de Ibáñez. Rompetechos es otro de sus personajes más recordados, un hombre con muy poca visión y una estatura cortísima. De hecho, el propio Rompetechos vivía en 13 Rue del Percebe, un edificio que era la base para otra de las historietas más reconocidas de Ibáñez.